Sexo hermoso y muy tierno, sin aspavientos ni prisas innecesarias, es obvio que el hombre está seguro de que esta dama lo consiguió no por primera vez ni por última. Así es como pueden follar las parejas que llevan más de un año casadas, la primera pasión ha pasado y sólo queda la tranquila certeza de que el buen sexo está garantizado.
Las japonesas son todas naturales: pechos y coño. No se inyectan silicona, no se afeitan. Y a los hombres les encanta. Y yo le metería la mano en el coño en lugar del dedo, para que se afeite el coño la próxima vez. Por supuesto, estas hembras domésticas fingen que son tan tímidas e indefensas, pero el jugo que gotea demuestra que a ella le gusta mucho. Y el marido le masturba el clítoris a su antojo: ¡ella es sólo un juguete para su pene!
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